Festejo a lo Larry. Saldaña acaba de convertir el gol del triunfo y Rosales lo grito con alma y vida.
Cuando se habla de Festejos de Newell 's Sobre la hora en un clásico ante Central disputado en el Gigante de Arroyito, la primera referencia Que se hace es lo que sucedió el 23 de octubre de 2016 Cuando los rojinegros ganaron 1 a 0 con gol de Maximiliano Rodríguez a los 93 '.
Pero también hay otra historia. El archivo nos traslada hasta el 27 de mayo de 2001. Un día como hoy, hace 19 años, se jugaba una nueva edición del clásico. Los canales dirigidos por Edgardo Bauza , considerado un equipo alternativo y los titulares estaban en Panamá esperando viajar a México para jugar contra Cruz Azul por el partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores de ese año.
La lepra aprovechó esta situación y ganó 2 a 1 con gritos de Nicolás Pavlovich y de Julio Saldaña a los 86 'y no dejó que los auriazules se tomasen revancha de aquel partido que Newell's le ganó 1 a 0 con gol de Domizi en el Clausura 1992 con un equipo alternativo porque en ese momento los Marcelo Bielsa estaban participando en la Libertadores y tenían que jugar en Chile.
El comentario del periodista de La Capital José María Petunchi fue el siguiente.
“Podrá preguntarse por qué es tan explosivo el festejo en el fútbol: quizás porque es breve y frecuentemente llega como desahogo, casi siempre después de mucho sufrimiento. Porque salvo escasas frecuentes, el hincha sufre más de lo que goza. Y ahí tal vez radique el mayor atractivo. Porque un triunfo siempre se disfruta, pero cuando se trata de un clásico el sabor tiene otro significado y se extiende hasta la próxima oportunidad. Por eso se entiende el festejo de todo Newell's, que vivió otro día de gloria porque supo pegar justo y sigue festejando ante el rival que más le gusta hacerlo como desde hace cuatro años. Pero si lo disfrutó tanto fue porque antes padeció mucho.
Por momentos conocidos la tarde de Central. En otros, el triunfo coqueteó con los rojinegros. Y más tarde, el partido que consumió en la intrascendencia, hasta que un grosero error del Negro Quinteros armó una contra que Julio Saldaña, el mejor jugador y la figura más emblemática que ayer jugó en el Gigante, empujó al gol y despertó el delirio de los hinchas leprosos, que a esa altura estaban un poco contenidos mientras observaban sorprendidos como el equipo suplente de Central con un hombre menos controla la situación.
Antes de esa jugada, la confusión de Newell's, que debió asumir el protagonismo absoluto ante su gente, se fue transformando en ceguera. Porque era el dueño de la pelota y el terreno pero no podía con su impotencia y el partido se le hacia cuesta arriba porque Central lo había metido en un congelador.
La vibración y la emotividad que entregan los 10 minutos desde los 12 hasta los 22 del primer tiempo que se refiere a un consumo de energía que se consuma con el correr de los minutos y el aumento de las precauciones. Fue el momento en que Newell's manejaba la pelota y el terreno desde los pies y la cabeza de Saldaña, el acompañamiento de Manso y los desbordes de Rosales. Y Central era más punzante con la velocidad de Arias y las conexiones de Pierucci - una fórmula que casi nunca tuvo solución para el fondo leproso-, en lo que fue una constante ya la vez una síntesis del primer tiempo. Fue el turno de los goles de Pavlovich y la igualdad casi inmediata del Pita Pierucci, que les dejó atragantados a los rojinegros el festejo del gol de Nico .
La expulsión de Arriola, cuando promediaba el segundo tiempo y Newell's presionaba por imperio de sus urgencias, acentuó el dominio rojinegro y la vez la ceguera con los dirigidos de Ribolzi intenta llegar hasta Tombolini. Mientras Giménez - había dejado muchas dudas en una falta de Crosa a Arriola dentro del área- se comía un claro penal a Vitamina que pudo torcer la historia.
Pero cuando parecía que los suplentes de Central estaban más enteros, una grosería del Negro Quinteros y una posterior pifia de Canals permitieron el festejo de Saldaña -nadie mejor que él-. Y mientras Newell's enloquecía de alegría, los auriazules volvieron a chocar contra el estigma de los equipos de Bauza, por el cual cualquier intento de rebeldía contra esa reciente paternidad leprosa se diluye. Por eso, y porque ganarle al rival de toda la vida genera una felicidad única, invalorable, Newell's vivió otro día de gloria.
Rosario Central 1 – Newell´s Old Boys 2
R.Central: Laureano Tombolini; Javier Cappelletti, Ricardo Canals, David Charles Pérez y Leandro Diema; Marcelo Nildo Quinteros (66' Líber Vespa), Daniel Quinteros, Pablo Sánchez y Gustavo Arriola; Federico Arias (76' Javier García) y Fernando Pierucci. DT: Edgardo Bauza
Suplentes: Gerardo Rabajda, Germán Gerbaudo y Javier Cámpora.
Newell´s: Sebastián Cejas; Raúl Damiani (72' Germán Real) Fernando Crosa, Fabricio Fuentes (40' Juan Pablo Vojvoda) y Valentín Filippini, Julio Saldaña, Juan Domingo Sánchez, Damián Manso y Maximiliano Rodríguez; Mauro Rosales (89' Diego Bono) y Nicolás Pavlovich. DT: Jorge Ribolzi
Suplentes: Luciano Palos y Neicer Reasco.
Goles: 17 '(cabeza) Pavlovich (NOB), 19' (cabeza) Pierucci (RC), 86 'Saldaña (NOB).
Expulsados: 66 'Arriola (RC), 90' Cappelletti (NOB)
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Por María Laura Cicerchia