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Van Brunschot trata de hacerse un hueco para lanzar a canasta. / César Minguela
El Fundación Aliados, en palabras de su técnico, José Antonio de Castro, realizó «el peor partido posible ante, probablemente, el mejor equipo del mundo, vigente campeón de Liga y de Europa, el Amiab Albacete», ya que la defensa vallisoletana brilló por su ausencia y tampoco la selección de tiro fue la mejor, con una importante acumulación de fallos en los lanzamientos, que fueron aprovechados a la perfección por el potente conjunto castellanomanchego.
El cuadro morado solo pudo estar por delante en el marcador hasta el 6-3, debido a los errores de Filipski de cara al aro en ese inicio, pero después este se hizo dueño y señor de la pintura, junto a Manning, ante la impotencia de un Van Brunschot que no estaba en las mejores condiciones físicas, y que no pudo aportar intimidación, ni frenar a los pívot de Amiab. Aún así, se llegaría al final del primer cuarto solo siete puntos por debajo (12-19).
Soria (2), Ruggeri (4), Adrián Pérez (8), Romo (11), Van Brunschot (4) –cinco inicial-, McCarthy-Grogan (13), Robles (-), Alessandrini (-), Dalton (2)
Woodgate (-), Zarzuela (10), Manning (20), Filipski (20), Pratt (2) –cinco inicial-, Lara (4), Brown (-), Vicky Pérez (4), Fox (22), Onrubia (2), Zavala (2).
Parciales: 12-19, 10-21 (22-40, descanso); 12-16 y 10-30 (44-86, final).
Árbitros: Forero, Hernández y Tejido. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de División de Honor. Pabellón Pilar Fernández Valderrama.
A partir del segundo cuarto solo hubo un equipo sobre la pista del Pilar Fernández Valderrama: el Amiab, cuya intensidad y presión defensiva se les atragantó a los locales, que se quedaron sin ideas a la hora de lanzar, hasta tal punto, que en más de un momento del encuentro parecía que ningún jugador se atrevía a mirar a canasta. Y esas dudas se tradujeron en una absoluta falta de acierto ofensivo, a lo que se añadió una defensa, no ya floja, sino prácticamente inexistente.
McCarthy-Grogan trataba de aportar más presencia en la zona, y más puntos al casillero del Fundación Aliados, pero resultaba imposible aspirar a competir sin la seguridad que suelen ofrecer Romo, Ruggeri o Adrián Pérez -artilleros del equipo-, que se contagiaron por esa falta de espíritu de lucha con el que se saltó a la pista. Ante esa inoperancia, Amiab siguió aumentando su renta, con un último cuarto directamente para el olvido, en el que los de Abraham Carrión establecieron un escandaloso parcial de 10-30 para dejar el marcador en el definitivo 44-86.
Clarence arma el tiro ante la mirada de un rival. / César Minguela